Muerte

Mi llanto cesó y un fuerte ardor iba consumiendo mi pecho sin pausa. Me tembló todo el cuerpo, apreté los dientes i respiré aceleradamente. Me levanté con asombrosa lentitud, temblando como un flan, aún con el rostro húmedo por mis lágrimas.
-Hola joven músico.- rió malévolamente aún sujetando la antorcha.
No pude responder, me ardía el cuerpo, mí roto corazón se debatía para latir acompasado, pero su odio era tan vil, que rompía su voluntad.
-OH, ¿estas enfadado?- avancé un paso, el hombre me seguía mirando, burlón.- No me lo tengas como nada personal, a mí solo me han dicho: "Marco, mata a esa familia, nos debe dinero" Y Marco lo ha hecho.- rió sonoramente, cosa que me hizo estremecer aún más de dolor.- Pero no era mí intención matar a tus hermanas, pero estaban aquí.- se encogió de hombros.- A, y tu prometida me ha hecho un favor guiándome hacia aquí, pero como es la hija del Duque, la he tenido que sacar.- otra risa salió de su garganta mientras miraba en la oscuridad una figura extendida en el suelo.
-¡Nooooo!- un grito salió de mi garganta cuando salté hacia el hombre cerrando los puños, fue mala suerte, no tener entonces mi espada.
Con un ágil movimiento Marco saltó a un lado dejándome caer a un lado contra el suelo, arañando la arena mi ropa hasta rasgarla y hacerme sangrar.
Rió de nuevo desenfundando su espada al tiempo que me levantaba del suelo con esfuerzos y temblores. Con un movimiento fugaz dio una vuelta a la vez sobre si mismo y sobre mí, moviendo su espada hasta esquinzar mi pecho y salpicar la tierra de un fuerte grito de dolor. Volvió a mover su espada mientras mi cuerpo caía sin fuerzas al suelo, su hoja rasgó mi rostro manchando mi cara de roja sangre y nublando mi vista por un rojo carmín.
Caí al fin al suelo en un charco de sangre. Antes de que mis ojos se cerraran, pude ver delante de mí la figura de Madelein tumbada en el suelo y la último que fui capaz de hacer fue extender mi brazo hacia ella.

-Ha habido un incendio, ha sido terrible. Han muerto todos y el muchacho se ha encontrado frente a la casa, también muerto.- una voz sonó lejana y a la vez cerca.
-Si, nadie sabe aún como ha sido. Pobre chico, tenía mucho futuro con la música. Un desastre, un desastre.
¿que estaba pasando? Yo estaba allí, sin estarlo, solo oía su voz y tan solo veía negro. Todos creían que estaba muerto, pero yo sentía, aún vivía. Pero a mi alrededor todo era oscuro, y la espesor de la oscuridad crecía y se cernía junto a mí, oprimiendo mis pulmones y asfixiando mi vida. Puede que no estuviera muerto, pero si eso seguía así, pronto lo estaría.
Pero de pronto, a lo lejos vi una luz, era pequeña y lejana, pero consiguió volverme la esperanza. Poco a poco pude volver a sentir el aire en mis pulmones y la brisa en mis mejillas. El viento volvía a soplar a mí alrededor y pronto pude incluso oír cantar los pájaros y volar las hojas.